No es normal que al entrar a una dependencia pública la recepción sea rápida y con una sonrisa. Mucho menos en una dependencia de la justicia. Pero, en el flamante Juzgado de Garantías de nuestra ciudad, sí. El personal no para ni un segundo. Expedientes, ruido de tipeo en un teclado y una voz que nos invita a pasar por una puerta que presenta un cartel que advierte que “no se puede acceder con armas de fuego”. Claro, nosotros no portábamos ninguna; pero si lo hacen los policías que hasta allí llegan con reos, aprehendidos o simplemente los denominados “correo”.
Aquellos que hayan conocido las instalaciones, cuando era la Dirección de Transito, deben saber que ahora no tiene ni punto de comparación. Hubo un fuerte trabajo de remodelación. Oficinas, escaleras y estanterías (sumamente necesarias-inclusive más de lo que uno puede pensar- para alojar expedientes) son parte del paisaje hasta llegar al despacho del juez. Ahí -sentado detrás de un escritorio que posee un vidrio que invita a colocar alguna foto debajo- está el doctor Mancinelli. Elegantemente vestido, como siempre (hoy no portaba los lentes con lo que lo conocimos). Tal vez tenia lentes de contacto (no nos animamos a preguntarle). A nuestra izquierda: una mesa ratona. La misma presentaba un elemento esencial para casi cualquiera (menos para la “cheta” de Nordelta) que pasa más de 10 horas trabajando en una oficina; ese objeto también descubre una pasión personal del juez….se trata de un “yerbatero” con la impresión del escudo del club Gimnasia y Esgrima de La Plata. “Hay algo que es imposible de ocultar: La Pasión”, expresó Mancinelli (casi parafraseando aquel pasaje de la película El Secreto de Sus Ojos) al ser consultado por ese detalle.
El inicio de la entrevista no se puede demorar más. El juez está en pleno trabajo y este equipo periodístico no quiere impacientarlo con charlas.
Sobre la inauguración del Juzgado, el magistrado expresó: “fue halagador que hayan estado las autoridades”, y reflexionó que eso demuestra que “estamos todos del mismo lado, para llevar un buen servicio a la gente”.
Mancinelli, consultado sobre su percepción sobre nuestra sociedad, definió: Una comunidad muy calidad y muy comprometida”.
Al pedirle un balance sobre este primer mes, el juez comentó: “uno a diario está en contacto con situaciones desagradables, de conflicto, episodios de violencia. Es muy duro hacer un balance ante el sufrimiento de la víctima. Creo que el balance lo tiene que hacer la población”, y agregó: “espero que estén conformes con el trabajo que estoy realizando”. El hombre de la justicia fue claro al manifestar: “mi máxima aspiración es hacer un trabajo rápido y razonable”.
Durante este mes, en el Juzgado –donde se atienden casos de Villa Gesell y de Pinamar- se iniciaron 270 procesos (No significa que lleguen a una sentencia). También, en ese tiempo, hubo 12 detenciones. “No es una decisión placentera detener a una persona”, comentó Mancinelli y agregó una buena definición: “En un juzgado de Garantías no puede haber alegría o felicidad, en todo caso satisfacción por una labor bien realizada”.
Sobre la violencia de género hizo hincapié señalando: “es un tema que a mí me preocupa muchísimo, porque en esos casos el agresor se vale de la condición de convivencia, entre otras cosas, y uno no puede prever las consecuencias finales”.