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  • La vuelta a clases en Argentina

    Yanko Hobaica

    Es una realidad en varios lugares del globo, que la educación no se ha detenido frente a la amenaza de la pandemia.

¿ Es la vuelta a clases posible y segura en Argentina? ¿ En una ciudad como Villa Gesell? La respuesta es sí, definitivamente es posible y no deberíamos seguir perdiendo tiempo ante la posibilidad de restaurar el modelo de clases antigüo, pero con ciertos recaudos.
Para escribir este artículo usé varias medidas de seguridad, y soluciones que emplearon demás países. No obstante, son totalmente aplicables en nuestra situación.
Por ejemplo en las escuelas de Taiwan, que solo interrumpieron la escolaridad durante dos semanas. Utilizan las siguientes medidas de seguridad e higiene:
⦁ Desinfectar las manos y las zapatillas de los estudiantes a la hora de ingresar al colegio.
⦁ Controlar la temperatura corporal de los estudiantes con un termómetro infrarrojo.
⦁ Garantizar la seguridad ante la propagación del virus, mediante el uso de mascarillas.
⦁ A la hora del recreo, en caso de querer ingerir algún alimento en el comedor/salón, deberán mantener una distancia de 2 metros, o emplear unos separadores personales, en forma de carpeta, y así poder comer sentado/a en el salón de clases evitando compartir el aire de forma directa.
⦁ Recordar en todo momento a los estudiantes, mediante forma verbal y mediante el uso de pancartas que pueden ir pegadas en las paredes; la importancia de lavarse las manos y utilizar el alcohol en gel.
Una medida de seguridad e higiene empleada por Corea del Sur, es desinfectar las aulas con un fumigador. Esta también es totalmente empleable para nosotros, una vez al día, luego de la salida de los alumnos, aplicar una mezcla alcohol agua, o lavandina agua en un pulverizador fumigador y esparcir el contenido sobre las mesas y sillas, además de las áreas comprometidas como el baño, barandales, etc.
¿Por qué es un tema urgente el regreso a las clases presenciales?
Más allá de las ganas y la voluntad de los estudiantes por volver a clases; volver a estudiar en condiciones dignas e iguales; volver a ese lugar de recreación que representa la escuela, un templo para los estudiantes con problemas familiares. Más alla de todo esto, que no es para nada poco importante, las clases virtuales han demostrado ser un total fracaso. Si, tal vez fueron la mejor opción en su momento, pero luego de más de 6 meses de cuarentena, deberíamos haber pensado ya hace rato en una vuelta a clases.
¿Por qué un fracaso? Bien, además de las cifras que son de público conocimiento, sobre el fracaso de la continuidad pedagógica por diferentes motivos como: conectividad y/o dispositivos, situaciones intrafamiliares, disposición horaria, etc. También hay una queja frecuente por parte de los docentes sobre el horario laboral, algunos deben sobreexigirse y cumplir con más horas de las que deberían curricularmente, con el fin de satisfacer las necesidades educativas. Por parte del estudiantado, se hallan presentes claras faltas en cuanto asistencia, entrega de trabajos, y adquisición de nuevos conocimientos.
Los colegiales están expuestos a una situación de incertidumbre, en donde no se sabe qué sucederá al finalizar el año, si recursarán todas las materias, si aprobarán todos por igual. Algunos están inmersos en un horizonte gris de desesperanza, sin tener ninguna certeza sobre su futuro.
Con las medidas necesarias y mencionadas, que pueden ser aplicadas en nuestra realidad, el regreso a las clases presenciales está a la vuelta de la esquina. Es simplemente una cuestión que debería considerar el Ministerio de Educación y dar la bajada hacia municipalidad, para adquirir el equipo necesario, asegurarse que se cumplan las medidas estipuladas, y finalmente retomar las clases presenciales para finalizar la escolaridad en 2020 como es debido.

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