Tal como alude su título, la nueva película de Marco Berger, Los Agitadores (2023), resulta una experiencia cinematográfica movilizante, tanto para los espectadores que son sacudidos por las violentas acciones e interacciones de los controversiales personajes, como para los actores que fueron atravesados por las emociones y las ideologías de los sujetos ficticios.
“Cuando ocurrió la muerte de Fernando Báez Sosa, en Villa Gesell, empecé a interesarme más en la violencia de estos hombres. Recuerdo que hasta se habían filtrado unos videos de ellos, filmados con un teléfono, pegándose con una cachiporra que le habían robado a la Policía en la playa, el día antes del asesinato. Son todos rugbiers y pensé que podía explorar ese mundo, donde por un lado se agarran las bolas, pero por otra parte son muy homofóbicos. Ese juego de contradicciones está muy presente en muchos grupos de amigos. No fue la idea representar la muerte de Fernando, sino exponer esa violencia y deseo sexual reprimido de las clases sociales altas”, dice Berger sobre el origen del proyecto.
El verano argentino, la Navidad y el Año Nuevo son el marco para la reunión de un grupo de amigos adinerados, que se extiende a lo largo de varios días, a pura euforia y fiesta, en la casa de uno de ellos. Desde las primeras horas de la mañana hasta las últimas de la noche son característicos los juegos payasescos y sexuales, así como también las muestras de afecto que, de repente, se convierten en situaciones violentas. Dentro de ese conjunto, se encuentra Nicolás, un joven agresivo, impulsivo e inseguro, que es interpretado por Bruno Giganti.
Si bien el director ya había expuesto la idea de un conjunto de varones de vacaciones en Taekwondo (2016) -que codirigió con Martín Farina-, un hecho bisagra para la construcción del universo en el que se sumergen los personajes de Los Agitadores fue el asesinato de Fernando Báez Sosa, en Villa Gesell, por parte de un grupo de rugbiers (enero 2020). A partir de allí, ahondó en las contradicciones presentes en muchos conjuntos de amigos, sin intención de representar el trágico hecho verídico, sino con la finalidad de abordar la violencia y el deseo sexual reprimido.