Luego de haberse instalado casi un mes en la ciudad de Dolores, y tras el veredicto del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 que declaró a Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli, Luciano, Lucas y Ciro Pertossi como culpables del asesinato de Fernando Báez Sosa, Silvino y Graciela regresaron a su departamento de dos ambientes ubicado sobre a Avenida Pueyrredón al 1800, en el barrio porteño de Recoleta.
Este jueves se cumplen 24 días de la condena a los ocho rugbiers y, a los Báez Sosa se les suma otra fecha “movilizante”. Es que, hoy, 2 de marzo, su único hijo (brutalmente asesinado a golpes en la puerta del boliche Le Brique el 18 de enero de 2020, en Villa Gesell) hubiera cumplido 22 años.
A pesar de las muestras de apoyo y afecto popular, los días posteriores al fallo del TOC N°1 no fueron fáciles para Silvino y Graciela. “Mucha gente me decía que después de la sentencia tendríamos un poco de paz. Y sí, si bien se siente un poquito de paz, nada cambió demasiado porque mi hijo no está y no va a regresar. Hoy Fernando estaría cumpliendo 22 añitos y también tendría que estar cursando el tercer año de Derecho. Pero todo eso quedó trunco. Hoy yo tendría que estar preparando una torta, yendo a comprar gaseosas, pastafrola, medialunas y sándwiches de miga, que era lo que le gustaba a Fer, pero no va a ser así. Hoy iré a visitar a mi hijo a su tumba. Estaré un rato allí y le llevaré algunas flores. Más no puedo hacer porque está muerto”, dice.
la madre de Fernando anuncia que este jueves a las 19.30 horas, el Colegio Marianista, del que egresó su hijo, hará una pequeña misa para conmemorar su aniversario de nacimiento.
Además de ir al cementerio, estar en Institución que lo formó junto a sus docentes y directivos, será la forma de conectar con él.
“Son muchas las personas que me dicen que ahora Fernando está en un lugar mejor. Es fácil decirlo, pero cuesta mucho entenderlo. Todavía nos seguimos preguntando por qué”.