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Caso Fernando

Por qué pidió la absolución la defensa de los rugbiers

26-01-2023 El abogado Hugo Tomei expuso su alegato y los imputados dijeron sus últimas palabras.
A esos "chicos revoltosos" que en enero de 2020 fueron de vacaciones a Villa Gesell y se vieron "envueltos en un caso de homicidio", les cambió el ánimo oír a su abogado exponer sobre las posibilidades que, en una pretensión de máxima, hasta podría dejarlos en libertad. El defensor Hugo Tomei pidió que los ocho rugbiers sean absueltos o, en su defecto, que reciban penas menores a las que solicitó la acusación, única para los ocho: perpetua.
 
Quebró su alegato de un poco menos de una hora y media al adelantar que, a su criterio, corresponde que el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores los absuelva a sus defendidos por una cuestión "extremadamente técnica", basada en "la incongruencia" entre el requerimiento de elevación a juicio y la acusación que la fiscalía y la querella plantearon en sus alegatos.
 
"Adelanto que voy a pedir la absolución de los imputados porque el hecho no está probado", sostuvo Tomei. Para él, durante el debate "los acusadores probaron otro hecho”.
 
De todos modos, el defensor de los amigos de Zárate pidió que en caso de que el Tribunal no lo resuelva así y que no los absuelva, que sean condenados por el delito de "homicidio en riña", el cual prevé una pena máxima de 6 años, con lo que después de tres años detenidos con prisión preventiva estarían a poco de irse cada uno a su casa.
 
"Fui lo suficiente claro. No hay dolo, no se pudo probar el plan para matar en esos siete minutos que la fiscalía descubrió. No hubo estado de indefensión bajo ningún concepto. Hubo una agresión de mis defendidos al grupo de Fernando. Y creo que ese hecho debe ser encuadrado y calificado como homicidio conocido en riña, que es más agresión que riña", expuso.
 
En su defecto, también planteó un homicidio simple como dolo eventual. "Y que se distribuyan las participaciones que el tribunal entienda. Y para concluir, el homicidio preterintencional (es decir, cometido sin intención) que creo que corresponde analizar desde ese lugar", apuntó.
 
También a los familiares de los imputados se los vio más enteros al oír el alegato de Tomei. Entres padres, madres y hermanos de todos ellos, ocuparon los bancos del lado derecho de la pequeña sala de audiencia. Al contrario de lo que ocurrió el día anterior, cuando oyeron lo que para la acusación hicieron sus hijos, está vez no bajaron la cabeza.
 
Asintieron cada afirmación del abogado de Zárate, que usó un tono cortés, apacible, que no modificó ni cuando lo tuvo que exponer al abogado de los papás de Fernando Báez Sosa, a Fernando Burlando. Pidió proyectar un video que ya uno de sus defendidos, Ciro Pertossi, había mostrado, un compilado de entrevistas donde Burlando los trata a los rugbiers, de "asesinos", "cobardes", "cagones", "hijos de puta" y "residuos escatológicos", entre otros calificativos.
 
"Esto duele, infinitamente duele, porque es un profesional reconocido, de los mejores, y lo que logra con esto es que ellos estén encerrados 21 horas por día en celdas de diminutas dimensiones. Los ataques a esta defensa vienen de todos lados, no sabemos cómo defendernos, se trata de una tortura, de un trato inhumano, cruel y degradante".
 
Tomei habló de "una ola gigantesca de información en un solo sentido, la condena", y criticó "la impronta mediática inigualable" que ha transformado el caso "en un paradigma de lo que no debe ocurrir: hay programas destinados a condenar a los imputados. Represento a ocho condenados por el poder mediático, la sociedad y la opinión pública y es muy difícil, porque es una forma de presionar al Poder Judicial".
 
"Fueron horas y horas de programas solo para decir una cosa. Que ellos eran asesinos y que no merecen ninguna piedad. Eso es lo que el tribunal tiene que juzgar. Fueron socialmente condenados, socialmente vituperados. No hay palabra que alcance para el sufrimiento que ellos están atravesando". Aseveró, en consecuencia, que no duda en que "toda la evidencia está contaminada".
 
Los papás de Fernando, Graciela y Silvino, estaban en la sala. La mujer había abierto la jornada contando que los videos que se había resistido a ver durante tanto tiempo y que ahora, durante el debate, tuvo que verlos tantas veces, le generaban ganas de tirarse encima del cuerpo de hijo para recibir ella las patadas. Fue conmovedor oírla. Máximo Thomsen lloró entonces, luego volvió a hacerlo cuando su abogado lo mencionó para hablar del dolo, para él inexistente.
 
"Nunca hubo un plan para matar, no hubo dolo”, sostuvo: “Se habló mucho de Máximo Thomsen, el líder, el monstruo. Pero lo cierto es que esa pisada que le corresponde a la suela de su zapatilla no había lastimado la boca, las piezas dentarias, los labios... Entonces, ¿cuál es la entidad de esa patada para hablar de dolo? Y si no hay dolo, no hay caso, porque el caso fue presentado como homicidio cometido con premeditación y alevosía”.
 
Al sostener que no se cumple con el principio de congruencia, hizo poner de pie a cuatro de sus acusados por el crimen cometido el 18 de enero de 2020 en la puerta del boliche Le Brique, en Villa Gesell.
 
"Se prueba lo que se imputa. Pero se imputó otra cosa distinta de lo que se alegó ayer (por fiscalía y querella)”, enumeró y de a uno a la vez, fueron parándose Ayrton Viollaz, Luciano y Lucas Pertossi y Máximo Thomsen (los otros acusados son Ciro Pertossi, Matías Benicelli, Enzo Comelli y Blas Cinalli), al tiempo que leía la acusación contra ellos que consta en la elevación a juicio y que, entiende, no se corresponden con acusación expuesta en los alegatos del miércoles.
 
En esa línea, cuestionó la autopsia que no determinó "el golpe exacto que causó la muerte", también que indica que el cuerpo de Fernando tenía seis golpes, "y ahora resulta que le pegaron todos, hay una contraposición de datos; se habla de una lluvia de golpes intensos, y en la autopsia solo hay seis".
 
"Si hubiéramos tenido el golpe exacto que causó la muerte estaríamos hablando de un homicidio. Como no lo tenemos, teníamos a diez chicos revoltosos en Gesell en aquel momento y lo más fácil fue cerrar esta historia: los dejamos a todos detenidos, a ver si podemos obtener algún dato. Primero fue la hipótesis, luego construyo el hecho y doy la respuesta. Así fue, ¿no? Una reconstrucción inversa", concluyó.
 
Antes de cerrar y de que se oyeran los pedidos de disculpas de sus defendidos, que los papás de Fernando consideraron tardías, el defensor criticó los testimonios que ofrecieron los amigos de Fernando. "Si hay algo que tenemos los testigos es que tienen, tenemos, una mente endeble que se puede completar con un montón de información que se cree que es propia".
 
Mostró en la pantalla croquis que fue pidiendo a los testigos en cada declaración, les pedía que indicaran en un dibujo dónde estaban desde dónde vieron lo que contaban. "Tenemos testigos que estaban en la puerta de Le Brique como Tomás Bidonde y Alejandro Muñoz y es imposible que desde la puerta de Le Brique se vea con la claridad lo que han manifestado. Con este detalle digo que el testigo no vio lo que dijo ver".
 
"Es probable que lo que dijo lo haya obtenido inconscientemente de los medios y de las redes sociales que lo pasaban constantemente", aseguró.
 
No usó mucho más la pantalla, no mostró videos Tomei, sí los croquis a mano alzada y una foto para cuestionar la aseveración de que hubo una emboscada, una foto que tituló con un interrogante y le sumó la explicación en voces de testigos contando cómo fueron dejándolo solo a Fernando, que en esa imagen está en ronda, charlando con sus amigos, tomando un helado palito, previo a ser tumbado: "¿Estado de indefensión?", se leía.
 
Tras las últimas palabras, llegó lo más esperado, la fecha del veredicto. El lunes 6 de febrero se conocerá si hay condena o no en este caso que sigue conmoviendo a todo el país como el primer día.
 
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