Avenida 3, entre 102 y avenida Buenos Aires. El lugar. Allí se montó un pequeño escenario a la espera de la llegada del Obispo de Mar del Plata, Gabriel Mestre, el encargado de presidir la misa por el nuevo aniversario del crimen, al igual que lo hizo en años anteriores. El acto fue programado para las 20, pero la gente comenzó a llegar una hora antes. Enseguida, entre la muchedumbre flameó una bandera de Paraguay y un pasacalle con el rostro del joven y una frase escrita en color celeste: “Un beso hasta el cielo”.
Bajo un cielo gris, los primeros cantos se oyeron hacia las 19.25. “¡Justicia es perpetua!”, repitieron varias veces los manifestantes, acompañando con aplausos. “Fernando, presente”, gritaron después. Varios se amucharon en las escaleras del boliche Le Brique, donde había comenzado aquella violenta noche.
Mestre se subió al escenario con puntualidad y, al tomar la palabra, pidió por “el eterno descanso” de Fernando y por la “fortaleza para apaciguar el dolor que taladra los corazones” de los padres del chico, Graciela Sosa y Silvino Báez, quienes en paralelo encabezaban otra convocatoria en Dolores. “En comunicación telefónica, nos agradecen que estemos en comunión con ellos en este mismo momento”, reveló el referente católico.
La misa se desarrolló en medio de un clima de sumo respeto y el silencio fue el principal protagonista de la triste jornada. A continuación, el obispo llamó a “ser artesanos y constructores de la paz para romper el espiral de la violencia, honrar la memoria de Fernando y acompañar a Graciela y Silvino”. En ese sentido, dijo que las palabras de los padres del joven de 18 años, “cuando pidieron justicia pero no venganza, tienen que servir de ejemplo”.
La ceremonia religiosa se extendió por poco más de media hora. Antes del cierre, una vocera de la agrupación “Justicia por Fernando Villa Gesell” tomó el micrófono para hacerle un pedido al intendente local, Gustavo Barrera: la mujer reclamó que los ocho acusados del crimen sean “declarados ciudadanos no gratos por el resto de la vida” en la ciudad balnearia.
Las cientos de personas que escuchaban con atención acompañaron el pedido con aplausos, con el boliche abandonado a sus espaldas.
El triste homenaje se dio en paralelo al juicio contra los ocho acusados que se desarrolla en los tribunales de Dolores. Este miércoles finalizó la etapa de recepción de testimonios. La fiscalía y la querella harán sus alegatos el día 25 y la defensa lo hará el día 26.