Según se pudo saber, en primera instancia, el delincuente de buzo azul llegó a la finca, golpeó las manos, vio que no estaban sus moradores y se fue. A los pocos minutos regresó con el cómplice de buzo rojo, con quien entró. Estuvieron 20 minutos en el interior de la casa. Las cámaras de seguridad, mostraron que mientras los malandras recorrian la casa, una patrulla policial pasó por el lugar.
Los sujetos, huyeron del lugar, con el botin en sus manos, caminando por el medio de la calle.