El propietario de la vivienda que se encuentra en paseo 149 y avenida 5, le pidió a su vecino que le realice un pozo en el terreno de su propiedad para colocar un enquinchado. Con una pala “vizcachera” comenzó a realizar el pozo, pero luego de la segunda paleada, algo hizo erizar la piel de los que allí estaban.
Restos óseos, envueltos -aparentemente- en tela comenzaron a salir del fondo del pozo, de un metro y medio de profundidad.
El hallazgo hizo que se les dé aviso a las autoridades, que concurrieron a la finca. Policía Científica, peritos y bomberos, entre otros, preservaron el lugar, diagramaron la excavación total y rescataron los huesos.
Las piezas del cuerpo estaban casi en su totalidad. Llevarían un tiempo prolongado enterrado. Pertenecerían a una persona, que al fallecer, seria joven de edad.
El barrio se encontraba conmocionado. Y no hubo una sola persona que al enterarse del hallazgo, no haya recordado el caso de Agostina Sorich. El año pasado, la justicia hizo rastrillajes en un terreno ubicado a pocas cuadras de allí, en busca del cuerpo sin vida de la menor desaparecida en 2010; aunque por ahora es muy prematuro tomar esa hipótesis como fuerte.