Aprovechando el receso de invierno, un matrimonio y sus hijos decidieron disfrutar de cinco días de descanso en Villa Gesell. El paseo estuvo muy bien, pero lo peor los esperaba a su regreso, a las dos y media de la tarde de ayer.
Todavía no habían terminado de bajar del auto los bolsos y el resto de las pertenencias, cuando entraron en su casa de 33 entre 9 y 10 y se toparon con una escena que los paralizó: era evidente que habían entrado ladrones, pero los impresionó que cada rincón de cada ambiente estuviera revuelto.
Tan impactantes fueron esas escenas, que cada integrante de la familia repetía a los cronistas de este diario “nos dieron vuelta la casa”, mientras invitaban a recorrerla. No exageraban ni un poco.
Si bien los ladrones no pudieron llevarse dinero, porque los damnificados no lo dejaron, robaron una amplia y variada cantidad de objetos de valor.
HASTA EL WHISKY
El contador Gustavo Bruschi (47) detalló que los intrusos les sustrajeron “cinco televisores Led de 42 pulgadas, dos computadoras, una notebook, una play station 3 y otra 4; 70 juegos originales de ambas play y un home theatre de los más grandes”.
También descubrieron que les faltaban “trajes, perfumes, muchas prendas de vestir, dos teléfonos inalámbricos, juegos de cubiertos y una variedad de cuchillos”.
Pero en esa larga lista de pertenencias robadas, a esa familia les sorprendió particularmente que “hasta se llevaron cámaras de video con las que, desde afuera de casa, monitoreábamos lo que sucedía en ella”.
“Hasta se ocuparon de robarnos varias botellas de vino y de Coca Cola. También una de whisky”, completaron.
Ese auténtico saqueo motivó que Bruschi estimara el perjuicio económico en “unos 200.000 pesos”.
TAMBIEN DESTROZOS
Al margen del voluminoso golpe de los delincuentes, se encargaaron -además- de provocar algunos destrozos en el domicilio.
Podían observarse algunas puertas de madera rotas, probablemente por la utilización de barretas. Y un sistema de alarma desactivado.
“También dañaron otra puerta de madera que da al fondo, por donde intentaron ingresar primero. Hasta que lo hicieron por la parte trasera del garaje, siempre de manera violenta”, puntualizaron los damnificados.
Las características de este escruche permiten sacar dos conclusiones: por un lado, los delincuentes se manejaron con bastante tiempo, dado el cuantioso robo de elementos de valor que estaban en diversas dependencias del inmueble.
Y el desorden en los ambientes, que quedaron con ropa y otros objetos diseminados en el piso, obedecería a una desesperada búsqueda de dinero que imaginaron encontrar, pero no había.
“Es la primera vez que nos roban en los cinco años que vivimos en esta casa”, reflexionó amargado el contador Bruschi.
Mientras él y su familia aguardaban el arribo de personal de la Policía Científica, con la esperanza de que los peritos pudieran relevar algún rastro, el profesional aclaró que “no le contamos a nadie que nos íbamos de vacaciones para no dejar expuesta la casa a un robo. Hasta cargué el equipaje dentro del garaje. Con esas precauciones, nos robaron igual”.
