Se llama Eduardo Martinez, es geselino y presenta insania mental. En agosto del año pasado protagonizó su primero robo vehicular. De ahí, hasta el día de hoy, ha sido noticia en cinco oportunidades. En todas las ocasiones, por hechos casi calcados.

Es que producto de su discapacidad mental, no pudo ser juzgado por los delitos que comete. Por lo que ha sido liberado sistemáticamente luego de cada hecho. En una de las ocasiones, luego de ser detenido por tercera vez cuando circulaba a bordo de un auto robado, fue internado en la ciudad de Necochea. Pero, a las pocas semanas, escapó de la clínica de salud mental, volviendo a Villa Gesell, donde vive con su madre. Luego de ello, volvió a reincidir en este tipo de delitos -en los que no se lo imputa- y en los cuales ha protagonizado choques contra otros autos en plena huida.

Sin lugar a duda se ha convertido en un “dolor de cabeza” para las autoridades policiales, ya que al estar libre, la posibilidad de que robe y provoque una persecución está siempre latente. 

El sujeto aprovecha el descuido de los dueños de los autos, los cuales se bajan de sus vehículos -dejando el mismo en marcha- y ahí es cuando actúa.

Nunca, en sus cinco robos, pudo evadir la presencia policial. Parece que tampoco lo ha intentado, a pesar de que sus huidas conduce a alta velocidad y en casi todos los casos por arterias bastante transitadas como la avenida 3 o el propio boulevard. 

En la noche de hoy, se subió a un auto que estaba estacionado frente a un local comercial de la zona sur de la ciudad. Su propietario había bajado por algunos segundos, los cuales le bastaron al ladrón para tomarlo y huir.  El rápido alerta dada a la policía hizo que se implemente un operativo cerrojo y se lo termine interceptando –persecución mediante- en paseo 109 y playa. En esta oportunidad no colisionó contra nada, a diferencia de otras oportunidades. Y la policía solo explica como un milagro que no se hayan registrado víctimas en ninguno de los cinco episodios, ya que la menera de conducir del sujeto no presenta ningún tipo de prudencias. 

Que será del futuro de esta persona, solo Dios lo sabe. Ya debe haber recuperado la libertad, a pesar de que solo han pasado un par de horas de robar y huir. 

Lo que está claro es que si nadie hace nada, volverá a internarlo.