La investigación por el crimen del ayudante fiscal Atilio Canale (52) sigue su curso con dos posibles hipótesis: la primera -que trascendió desde un principio- apunta a un robo, pero en las últimas horas se avanzó hacia la teoría de que el móvil podría haber sido una venganza personal.
Un grupo de investigadores busca conocer el entorno de Canale, que murió el martes tras recibir un disparo en el pecho cuando entraba en su casa de Parque Luro. Por eso, se dirigieron hacia Pinamar para saber si utilizaba allí una vivienda de modo permanente.
“Va a ser una investigación larga, porque la naturaleza del hecho y la vida profesional de la víctima abren dos líneas paralelas: ni el robo ni la cuestión personal se pueden descartar”, dijo el fiscal del caso, Eduardo Amavet.
Si bien desde las esferas judiciales se niega la teoría de “venganza personal”, quienes estudian el caso no descartan nada e indagan en los ámbitos donde se movía el ayudante fiscal. Allí, sostienen que la única “causa caliente” en la que estaba trabajando Canale era la que sigue la muerte de Damián Sepúlveda, un marplatense que apareció sin vida en una comisaría de General Madariaga en 2013. Sin embargo, su participación en ese caso habría sido lateral.
En lo que respecta a su ámbito familiar su esposa aún no pudo declarar por la conmoción que sufre. Según trascendió, sólo habría aportado algunos datos del hecho.