En las primeras horas de la tarde del 24 los bomberos tuvieron un arduo trabajo. El siniestro se registró en un amplio monte ubicado a la altura de Circunvalación y paseo 134. Allí, por motivos que se desconocen, se desató un incendio con diversos focos. Varias dotaciones de bomberos voluntarios llegaron al lugar para combatir el fuego. Un avión hidrante también intervino. Casi tres horas estuvieron los bomberos para controlar el avance de las llamas producto del viento reinante. Más tarde, alrededor de las 19 horas, un llamado al cuartel daba cuenta que el fuego se había reavivado en ese monte. Afortunadamente no pasó a mayores y fue controlado en cuestión de minutos. 

 

Minutos después de las 12 de la noche, ya entrado el día 25 de diciembre, los bomberos fueron requeridos para combatir un principio de incendio. El pequeño foco ígneo estaba afectando un árbol, en avenida 7 entre los paseos 104 y 105. Una dotación, con cuatro hombres, resolvió la situación en cuestión se minutos. 

A las 4 de la madrugada el destacamento de Mar Azul recepcionó un alerta de un supuesto incendio de vivienda. Ante la novedad, también partió un camión del cuartel central. Pero, todo fue una falsa alarma, por lo que los servidores públicos volvieron “más rápido que un bombero” a la guardia.

Ya para el amanecer no se había registrado ninguna emergencia más.  Algo que hace pensar que la prohibición a la venta de pirotécnica dio sus frutos. Máxime, si se tiene en cuenta que en la navidad del año 2013 -donde si hubo venta de fuegos artificiales- los bomberos, en solo 10 horas, tuvieron 13 servicios.