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Sociedad

A UN AÑO | El crimen de Mariana Horowitz en la prensa marplatense

14-06-2015 (14.06.2015) El diario La Capital, de la vecina ciudad, publicó hoy un extenso informe del crimen de la atleta asesinada hace más de un año. En la crónica de ese periódico, se confirma lo que adelantó en exclusivo Minuto G a fines del mes pasado: La causa fue elevada a juicio oral.
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En ese hostel de Purmamarca hay un salón común con una barra. A un lado, sillones, butacas y una silla desvencijada para no perder el acento rústico jujeño que todo hostel allí necesita exhibir. En ese ambiente, real o construido imaginariamente -da igual- dos hombres se ponen a conversar. Uno parece gozar de la distracción de todo músico bohemio; el otro, demanda charla. Tiene que hablar. Ariel Ito tiene que contarle a alguien sobre la familia que acaba de destruir.
Es 3 de junio de 2014 y Ariel Ito ya no quiere seguir prófugo. Entonces le dice al joven que tiene un hijo chiquito, problemas con la madre del nene que ya no es su esposa y que viene de Mar del Plata. Lo que no sabe es que su interlocutor también es de Mar del Plata y que está intuyendo algo.
Se separan, se saludan y el joven músico lo primero que hace es comunicarse con su madre en Mar del Plata. "Me parece que vi acá en Purmamarca al tipo que buscan allá, por lo del asesinato de la triatleta", le cuenta. Parece inverosímil tanta casualidad, pero así son las casualidades. La madre llama al 911 y dice todo aquello a la policía que, de inmediato, avisa al fiscal Mariano Moyano, encargado de ubicar al prófugo. Ito lleva seis días desaparecido, después de asesinar de varios disparos a Mariana Horowitz, su ex esposa y madre de su hijo de 5 años.
A Ito lo atraparán al día siguiente en Humahuaca, cuando su duda será si suicidarse o viajar a Bolivia. "Soy Ariel Ito. Maté a mi esposa Mariana Horowitz el 28-5-14. No merezco vivir, lo siento hijo", es la nota de puño y letra que todavía hoy se lee en el cuaderno "Gloria", tapa naranja, agregado al expediente
Un año después Ito no piensa ni en matarse ni mucho menos en huir. Encerrado en Batán espera el juicio que lo condenará a vivir toda su vida en esa condición. Tan indiscutida es la suerte que correrá en el debate que días atrás se canceló la audiencia para agregar prueba, ya que las partes concedieron al fiscal Alejandro Pellegrinelli (reemplazo de Moyano) que la investigación es clara y contundente.
El caso de manual
En tiempos en que la problemática de la violencia de género se expone y se analiza, el asesinato de Horowitz es un caso de manual. Este hecho es el que justifica la modificación hecha en el Código Penal a fines de 2012 para castigarlos con la pena máxima.
Toda historia, por más mal que termine, tiene un inicio. Y la de Ito y Horowitz se inició en el mundo del deporte. De allí surgió el amor que hizo que decidieran vivir en pareja durante varios años en la casa de Santa María del Oro 4964 del barrio Alfar. De esa relación nació en 2009 un niño. Meses después, el 22 de abril de 2010, la pareja formalizó el vínculo al contraer matrimonio. Parecían una pareja ideal, que compartía la pasión por competencias deportivas de triatlón y de ciclismo.
Sin embargo Ito era un hombre violento y celoso, como la mala relación con su ex esposa (con quien había tenido una hija) lo demostraba. Esas desavenencias conyugales también corrompieron su matrimonio con Horowitz y llevaron a la disolución de la pareja en diciembre de 2013. La mujer decidió regresar a Villa Gesell, de donde era oriunda. Y, naturalmente, se llevó a su hijo.
Ya radicada en Gesell, Horowitz ?se enfocó muchísimo en el deporte mientras que Ito, a su vez, por lesiones y otras circunstancias, no se abocó a la actividad deportiva con el mismo énfasis que ella?, explicó la hermana de la víctima.
Hasta que un día de diciembre Horowitz volvió a Mar del Plata para buscar una bicicleta de mountain bike que guardaba en la casa del barrio Alfar. La necesitaba para seguir entrenando en Villa Gesell. Pero esa bicicleta ya no servía más. Ito la había destrozado a mazazos en un rapto de furia, por creer que Horowitz -en todo caso, con absoluto derecho- mantenía una relación con su entrenador. En una carta fechada el 16 de diciembre Ariel Ito reflejó esa situación. "MARIANA Y ARIEL. La crisis comenzó cuando vino a correr triatlón en diciembre 15 domingo...", escribió con una evidente intención de registrar todo un proceso cuyo final podía imaginar.
El contexto
Tal como consta en el expediente judicial, a partir del episodio de la bicicleta la situación de violencia psicológica hacia la víctima por parte de Ariel Ito fue creciendo. ?Las manifestaciones de Mariana Horowitz a sus allegados daban cuenta de ello. Los diálogos que mantenía con Ito habían dejado de ser discusiones por desavenencias de un matrimonio que se había separado, tornándose en continuas amenazas de muerte de Ito hacía la persona de Mariana Horowitz?, escribió el fiscal Pellegrinelli.
Hubo un episodio temerario: Ito al enterarse de que Horowitz iba a viajar a Mar del Plata para traerle a su hijo junto a dos compañeros triatletas la amenazó con interceptarlos en el peaje de Mar Chiquita y matarlos a todos.
El viaje debió suspenderse.
El 28 de febrero, en la comisaría primera de Gesell, Horowitz denunció el hostigamiento y las amenazas concretas. "Tené cuidado que te voy a matar, no te mato para que el nene no quede solo", fue una de las frases denunciadas.
Toda esa situación había obligado a Horowitz a pedir ayuda profesional desde diciembre pero el 7 de mayo, tres semanas antes de ser asesinada, la sesión fue premonitoria. Allí dijo que Ito la había sujetado del cuello violentamente, y que ejercía violencia psicológica a través del hijo que tenían en común, como no entregarlo en los tiempos acordados antes de iniciar la visita.
Pero lo que llevó a Ito a matar a Horowitz fueron, según el fiscal, dos hechos puntuales. La demanda promovida por la mujer por la tenencia del niño en la que argumenta que "...los celos invadieron la relación al punto de que al demandado le molestaba mi desempeño deportivo y mi vida social...".
Ito fue notificado el 9 de abril de la decisión del juez de paz de otorgarle a Horowitz la tenencia provisoria del niño de 5 años.
El segundo suceso desencadenante de la conducta homicida de Ito fue un viaje a Chile en el que Horowitz tenía pensado, justamente, reponer la bicicleta que él mismo le había destruido.
El viaje y
el crimen
Horowitz le había hecho firmar a Ito una tenencia por cinco días, pero el viaje se demoró por cuestiones climáticas. Fueron finalmente diez los días en los que Ito debió cuidar al niño.
En otra de las cartas encontradas y que habían sido escritas por Ito quedó reflejada esa circunstancia. "Te fuiste por cinco días y volviste a los 12 días, me hiciste firmar un certificado de tenencia y lo dejás doce días a tu hijo, no tenés vergüenza. Vas a Chile con cinco flacos que no conozco en la camioneta que estoy pagando seguro y pagué todas las patentes del auto y como me dijo la psicóloga Matilde, me tomás por boludo, entonces tengo que poner fin. Al nene lo va a cuidar mi tía Marta, Vanesa y los primos.
Abandonaste tu casa, lo cambiaste de colegio a tu hijo, él quería el jardín de Mar del Plata y lo obligás a ir a Gesell, por eso me hacés denuncia de tenencia por tu inseguridad. Me cansaste, fui muy bueno y me tomás de boludo, se terminó mar amor.
Tengo mucha tristeza por mi hijo que se merece todo pero en el estado que estoy hay veces no se lo puedo dar, y la madre ocupada con el deporte y peñas con amigos en Gesell. Tampoco, espero no equivocarme, sé que va a estar cuidado.
Perdón hijo, no te lo mereces no lo pude aceptar este momento. Ariel 28-05-14"
Ese 28 de mayo, martes, Horowitz -que horas antes había llegado de Chile- se dirigió desde Gesell a Mar del Plata para buscar a su hijo en horas del mediodía Sin embargo, Ito tenía ya otro plan.
A las 11 llevó al pequeño a lo de una tía y le pidió que lo cuidara. Extrañamente, le dejó dos bolsas con ropa y tres mochilas. Después, con el hecho consumado, se estableció que Ito había planificado todo e incluso en una de las mochilas había 15.000 pesos.
Horowitz llegó en la camioneta y la estacionó frente a la casa de la calle Santa María de Oro. No quería perder mucho tiempo. Apenas levantar a su hijo y regresar a Gesell. Pero Ito le habría planteado que volvieran a intentarlo, acaso como última alternativa para desactivar el plan que evidentemente tenía montado. Pero Horowitz se negó.
Un albañil que estaba trabajando en una vivienda contigua a la de Ito, una mujer que caminaba por la calle Santa María de Oro y un remisero que manejaba su Chevrolet Corsa vieron todo lo que sucedió entonces.
A las 12.10 Horowitz salió corriendo de la casa perseguida por Ito. Gritaba: "¡No me hagas daño". La palabra "daño" la repitieron los tres testigos. Y "me mata, me mata", también.
Primero Ito, cuando acortó la distancia con Horowitz a la altura del portón de calle de la casa, efectuó tres disparos con el revólver calibre 22 perteneciente a su madre. Desesperada, Horowitz siguió por la vereda, mientras Ito volvió a gatillar el arma dos veces, pero sin que saliera el proyectil. Finalmente, delante del albañil, Ito le apoyó el arma a la mujer en la zona intercostal izquierda y le efectuó un disparo que le causó la caída. Una vez que la vio en el piso, Ito volvió a dispararle en la zona del abdomen.
El asesino corrió hasta su casa y salió en una camioneta Renault Master por Santa María de Oro en dirección a Mario Bravo y se perdió de la vista de los testigos.
Horowitz murió en el acto por las lesiones causadas por dos proyectiles.
La huida
La conducta de Ito tras el asesinato fue consecuente con su planificación. Después de tirar el revólver en el patio delantero de la casa y dejar la camioneta a algunas cuadras de allí, cerrada, se dirigió hasta la casa de un primo hermano, a quien le pidió ayuda porque se había "mandado una cagada".
Sin demasiadas preguntas, el primo lo llevó en su propio vehículo a cambiar dinero a una financiera de Independencia y Luro. Ito se hizo de 4.400 pesos tras pagar con 400 dólares, y luego volvió a pedir el favor de su pariente para que lo llevara hasta una remisera.
En Luro y República del Líbano se separaron. Ito antes de irse le dijo que le había pegado a Mariana y dejado "tirada en la vereda".
El fiscal Pellegrinelli indicó que el primo de Ito cometió un delito pero que lo amparaba su condición de pariente. "Aún en la certeza de la existencia de una infracción penal se considera más útil tolerar el delito que castigarlo. Ante ello, sólo puedo destacar el reproche moral y ético que me merece el lamentable rol que ha desempeñado Hugo Daniel Gimenez en este evento", explicó.
Ito tomó un remís que lo llevó a Balcarce, bajo el pretexto de no perder el día de trabajo en el supermercado Carrefour. Luego, aquel martes 28 de mayo, escapó con un rumbo que se desconoció hasta la semana siguiente.
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La aberración de matar a la madre de su hijo lo consume. Piensa que la charla mantenida hace un par de días con ese músico en el hostel rústico de Purmamarca no le sirvió de nada. Sólo quiere avisar que no lo verán más y por eso se va al primer locutorio que ve cerca del hostel, llamado "Ollantay", que ahora renta en Humahuaca.
Marca el número de una persona de su entorno y le dice que está en Humahuaca y que le saque los 60.000 pesos del plazo fijo del Banco Francés para su hijo y que cuando sea grande le explique. También le dice que no merece estar en este planeta, que hoy -3 de junio- es el último día, que no va a desaparecer, que se va a suicidar, pero en un lugar que lo encuentren.
Lo encontrará la policía un par de horas más tarde, tras descubrir el hostel más cercano al locutorio utilizado para la llamada, y lo trasladará a Mar del Plata en la semana siguiente. Un año después, allí en una celda de Batán, espera el juicio ante el Tribunal Oral Nº2.
 
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