n un amplio radio en torno al lugar desde donde emitió su última señal de radio, 15 pesqueros y cuatro guardacostas que amplían la zona a medida que los resultados no aparecen. Por aire, un helicóptero y un avión. Y aquí, desde tierra y a la espera de alguna buena nueva, en la sede local de Prefectura Naval aguardan los familiares con las miradas clavadas en las pantallas que monitorean a distancia el operativo de búsqueda de los cinco tripulantes del "San Jorge I" que se hundió ayer, frente a las costas de Villa Gesell.
El rastrillaje abarcaba una superficie de casi 20 millas cuadradas y transcurrió su segundo día vacío de novedades. El único dato que se sumó fue el ingreso en servicio de buzos que intentarían una aproximación al buque, que tuvo su casco a la vista hasta la tarde de anteayer hasta perderse en profundidades que en ese sector superan los 30 metros.
Lucas Martínez, Carlos Ituarte y Walter Barbas, los tres sobrevivientes a la fecha, primero aferrados a una balsa y luego rescatados por sus colegas del pesquero "San Antonino III", permanecen internados en una clínica privada local. Su estado físico es bueno, ya que no presentan lesiones y solo afrontaron algún cuadro de hipotermia por las horas que pasaron en el agua. El trabajo principal está en manos de psiquiatras y psicólogos. Hay cuadros de stress post traumático. "Lo ideal es que permanezcan internados para que tengan atención cercana que luego deberán continuar de manera ambulatoria", confió a La Nación una fuente cercana al equipo médico que los atiende.
Al menos dos de ellos tuvieron que ser medicados. Claudia Fernández, esposa de Barbas, dijo ayer que desde que ingresó a la clínica y durante casi tres horas no paró de hablar de lo que había vivido. "Estaba shockeado y lo tuvieron que sedar", explicó.
De escuchar una y otra vez el relato de su marido pudo reconstruir lo que les pasó. Contó que trabajaban en el buque cuando una ola los dio vuelta de campana. Que Barbas alcanzó a tirarse desde la cubierta y que casi dos horas después encontró la balsa. Cortó el cabo que la une al barco -recurrió a un cuchillo del equipo de emergencia- y quedó a bordo. Pudo rescatar a sus dos compañeros, a uno de los cuales lo perdieron y volvieron a encontrar para subirlo. "Escuchaban gritos de los otros", aseguró. Ya con claridad del día los divisó el pesquero que los rescató.
El despliegue de medios marítimos se mantiene día y noche y los recursos aéreos se limitan a las horas de claridad, que para esta época no son pocas. "Hay que buscar y rezar", dijo ayer el intendente Gustavo Pulti luego de reunirse en Prefectura Naval con familiares de los desaparecidos.
El "San Jorge I" fue botado en 2008 y era propiedad del armador Mariano Retrivi, que así pierde su segundo buque en siete años. El permiso de pesca de esta embarcación correspondía al "San Jorge", que se hundió en 2007 frente a costas uruguayas. En aquella oportunidad la tripulación pudo advertir la situación y ponerse a salvo. Tanto que algunos ni llegaron a mojarse.
FUENTE: La Nacion