Durante la conferencia de prensa desarrollada el 4 de febrero el intendente municipal dijo que el estacionamiento del Enduro del Verano es un tema delicado. Esa conferencia de prensa estaba vinculada a los carnavales, pero la consulta se coló y dejó más dudas que certezas. En esa ocasión, Barrera fue consultado sobre si existía la posibilidad de cederle el estacionamiento a instituciones de Villa Gesell. El intendente fue tajante: “no”. La explicación recayó en que ese (la ruta 11 y sus banquinas) es territorio provincial. Por lo que deslizó la posibilidad de que todo lo que allí suceda iba a estar a cargo de la policía.
La respuesta fue bastante poco alentadora, para aquellos que le preocupa que “trapitos/matones” le exijan 150 pesos por parar su auto en medio de una banquina. Tal como sucedió el año pasado. Claro, el año pasado y los anteriores que el municipio estuvo gobernado por Erneta, ese tema sí que estaba bien aceitado. Muchos aseguran que eran “quioscos” de funcionarios y punteros. Ellos, “hombres de Erneta”, habrían manejado el espacio de la ruta, en una posible connivencia con la autoridad policial. No podía “trabajar” cualquiera ahí. En la edición de 2014 una familia de Villa Gesell, conocida por su prontuario delictual, fue echado a golpes por otros sujetos que ya habían copado la parada. Despechado, el jefe de familia, salió a decir públicamente que Erneta lo había traicionado, que años anteriores lo habían dejado “trabajar” y que ahora había gente de afuera.
Lo cierto que cada “puntero” habrían negociado con un grupo de “trapitos”, los cuales de lo recaudado por día habrían tenido que rendir a quien le había dado “el permiso” y a alguna autoridad de azul. De haber si así, como lo cuentan los que saben, el negocio es millonario. Tres días a full – sobre todo el domingo- que les rinde a la mano de obra y a los vivos que están detrás. Pero claro, eso es ilegal. Todo eso es ilegal. Desde el 2008 al 2014 a nadie le importó.
Este año esos “punteros ernetistas” no están más. Tampoco los jefes policiales son los mismos que en ediciones anteriores. El municipio dice que no tiene nada que ver con regular el tema; pero ellos si ya están ahí. Desde el viernes, las bandas de “trapitos” están durmiendo a la vera de la ruta y nadie dice nada. Durante estas horas seguirán llegando, para cuidar “sus parcelas”.
De ser verdad que eso no está “regulado/controlado” por alguien, ya sea en forma legal (que no se puede) o ilegal, puede ocurrir cualquier cosa. El negocio es millonario y lo que se ve ahí no es gente que no tiene otra salida laboral que ir a cuidar coches, ahí se ven mafias. Por el negocio y el territorio pueden producirse enfrentamientos entre las bandas. Si realmente nadie controla eso, puede terminar en cualquier cosa.
Fuentes que pidieron ser reservadas confirmaron que el tema fue debatido y charlado entre funcionarios municipales y jefes policiales el viernes pasado. Por ahora, nada claro.