Intentar caminar por lugares que estén bajo la sombra.
Evitar, a ser posible, salir a la calle en las horas más calurosas (de 11 a 17 horas). También son las horas de más riesgo de quemaduras.
Cubrirse la cabeza con gorros o pañuelos, para protegerla del sol.
Utilizar ropa ligera, amplia y de colores claros.
Protegerse los ojos con gafas de sol.
Si es posible, refrescarse con agua (en fuentes, duchas, etcétera) sobre todo las manos, las muñecas, la cara y la nuca.
Beber abundantes líquidos, aunque no se tenga sed.
Intentar hacer comidas más ligeras.
Tener especial precaución en lugares muy concurridos.
Llevar un abanico o ventilador de mano para refrescarse en momentos puntuales.
En casa abrir ventanas y dejar las persianas bajadas para mantener frescura.
Consultar al médico si se están tomando medicamentos y aparecen síntomas nuevos.
Si se encuentra mareado, siéntese con la cabeza baja.
Siempre que se sienta mal, pida ayuda.