Tras las tragedias meteorológicas del último verano, la provincia de Buenos Aires incorporará en balnearios de la Costa Atlántica la “bandera negra” para desalojar las playas en caso de tormentas eléctricas. Para esto se brindará equipamiento y tecnología a los municipios para detectar a tiempo tormentas que pudieran ser peligrosas para la integridad física de los veraneantes.
Desde el Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible (OPDS) y el Ministerio de Seguridad se dictó una resolución mediante la cual se establece un sistema de alerta temprana por tormentas eléctricas en la playa durante el verano.
En este sentido, Gabriel Sosa Hidalgo, docente de la Tecnicatura en Emergencias Sanitarias y Desastres de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), aseguró a NOVA que cuando se habla de eventos extremos o severos que pueden transformarse en un desastre “tenemos que hablar de un sistema de alerta temprano. Este sistema tiene que ser un conjunto: no sirve sólo un cartel o una bandera sino que tiene que existir el aviso inmediato al guardavida, que éste tenga la información de cómo evacuar la playa y que haya una campaña de difusión y concientización para la población”.
Este verano un rayo cayó en las playas de Villa Gesell causando la muerte de tres jóvenes e hiriendo a varios más. A pesar de esto, el docente consideró que la población no toma conciencia ante este tipo de hechos: “Pasó lo de Cromañón y seguimos yendo a los boliches y a los recitales y no nos fijamos a dónde hay una salida de emergencia”.
Sosa Hidalgo, que se formó en organización ante desastres naturales en Cuba, indicó que a diferencia de Argentina en aquel país se profundiza en la capacitación y concientización de la población: “Ellos tienen 16 tormentas tropicales por año, de las cuales tres o cuatro son huracanes, por lo que están preparados para recibirlos. ¿Por qué ante estos desastres en EE.UU hay tantos muertos y en Cuba no? Porque en Cuba hay organización comunitaria. No tienen recursos pero sí una buena capacitación a la comunidad; allí todos respetan al guardavidas, lo que él dice es palabra de Dios. Y acá eso no pasa, es un tema de cultura”.