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Sociedad

Colectivas feministas piden que la cuarentena no sea excusa para detenciones arbitrarias

26-05-2020 Tras dos detenciones registradas el pasado 18 de mayo comenzó el reclamo contra los procedimientos en vía pública.

El lunes 18 de mayo en Villa Gesell, una compañera de la colectiva feminista Lxs Bartolinas, fue detenida por la policía de modo totalmente arbitrario. Es necesario que quede muy claro:  no fue detenida por violar la cuarentena, ya que todo ocurrió dentro del horario en el que en nuestra ciudad está permitido circular por la vía pública. ¿Cuál fue la excusa? Una supuesto pedido de captura por una causa imposible. Dicha causa databa del año 2009; en ese entonces, tenía solo 11 años de edad. La detención no solo fue errónea y arbitraria, sino también absurda.

La subieron a un patrullero. Sin mayores explicaciones, comenzaron a tomarle fotos. Le requisaron el celular, advirtiéndole que no podía comunicarse con nadie.
A escondidas, antes de “entregar” su teléfono móvil,  pudo avisarnos de este acontecimiento horrible e injusto que estaba viviendo. Inmediatamente, una compañera se acercó a la Comisaría Primera. ¿A qué fue? A hacer lo que cualquier amiga, hermana, vecina o familiar haría en la misma situación: a acompañar. A asegurarse de que la mujer detenida estuviera bien. A pedir explicaciones a las autoridades. A exigir su lógica liberación.

La situación, lejos de resolverse, empeoró. Ante la pregunta de por qué estaba detenida, la policía, al no poder justificar su accionar y lejos de admitir el error, optó por atacar a la persona que preguntaba. Primero, fue acusada de violar la cuarentena. Mentira flagrante, ya que también estos hechos ocurrían en el marco del horario de circulación permitida, y ya que el acompañamiento a personas que sufren algún tipo de violencia, en este caso institucional, es una de las excepciones al Aislamiento Obligatorio autorizadas a nivel nacional. Sin embargo, contra todo derecho, detuvieron a nuestra segunda compañera. La acusaron, además, de resistirse o negarse a hacer una declaración que nunca le ofrecieron realizar. De forma agresiva, la arrastraron entre tres policías y la esposaron a una reja. Quisieron ingresarla en el calabozo, a pesar de la claustrofobia que sufre. Un calabozo sucio y con olor a pis, sin las menores condiciones de higiene. Muchos efectivos no usaban barbijo. ¿De verdad les preocupaba el COVID-19?
Hubo policías de civil, no identificados, y de grupos especiales, interviniendo y/o siendo testigos y cómplices de este procedimiento totalmente irregular. Le exigieron a V. que desbloqueara su teléfono. La acusaron de descuidar a su hija. Le negaron la atención de un médico. Ni siquiera le permitieron hacer una llamada telefónica a su familia, para avisar dónde estaba, aseverando que no tenía derecho a eso, ni a nada. La humillaron. Intentaron minar el vínculo de sororidad y solidaridad entre compañeras, apelando a discursos misóginos y machistas como: “Viniste a liberar a tu amiguita, ahora ella sale y vos quedás adentro”, o “Tu amiga no estaba con su hijo, estaba paseando por ahí con el noviecito”. Con la complicidad de un juez, la castigaron por reaccionar y actuar como una ciudadana consciente de sus derechos, de los derechos de todos, deteniéndola hasta pasada la medianoche y abriéndole una causa.

Gracias a la intervención de muchas compañeras (abogadas y agrupaciones feministas y de derechos humanos, el Área Municipal de la Mujer, periodistas de distintos medios, etc.), V. estuvo acompañada, contenida y asesorada. Fue la red que tejemos entre todos, todos los días, y que se activa en situaciones críticas como la del lunes, la que evitó que los hechos se desbordaran. Ante la presencia de funcionarias municipales, ante las llamadas insistentes de compañeras, militantes y abogadas a la comisaría primera, los efectivos policiales redujeron drásticamente su violencia y agresividad. Como siempre hacen. Sin embargo, esto no mitiga la gravedad de lo ocurrido.

¿Qué pasa puertas adentro de la comisaría cuando es detenido arbitrariamente un ciudadano que no cuenta con esa red de contención?

Ambas fueron detenidas por motivos irrisorios, inexistentes e injustos. Y fueron castigadas simbólicamente por el solo hecho de ser mujeres. Una mujer es castigada por circular en la vía pública con alguien que no es su hijo. Pero también es castigada por circular con sus hijos, cuando no tiene con quien dejarlos. Una mujer es castigada por cuidar a otra mujer, por ir a reclamar por su seguridad, dejando a sus hijos a cargo de un familiar mientras tanto. ¿Cuánto más hubiera sido castigada en caso de haber tenido que ir a la comisaría con ellos?

En Villa Gesell, como en el resto del país, las fuerzas de seguridad utilizan la cuarentena como excusa para desplegar violencias arbitrarias. Nuestras compañeras no son las primeras víctimas, ni serán las últimas, a menos que entre todxs exijamos que se ponga fin a esto. Lo que vivieron el lunes no fue un exceso ni un error: fue un caso más de un plan sistemático. Para disuadir a los ciudadanos de violar la cuarentena (cuya legitimidad no cuestionamos), las fuerzas de seguridad se llevan preso a cualquiera. Y, como siempre, esos 'cualquiera' somos nosotras, las más vulnerables: mujeres, trabajadores, pobres.
QUE LA EMERGENCIA NO SEA UNA EXCUSA PARA LA VIOLENCIA.
BASTA DE DETENCIONES ARBITRARIAS.
BASTA DE IMPUNIDAD POLICIAL.
Si sufriste o sufrís violencia por parte de las fuerzas de seguridad con la excusa de la cuarentena, comunicate. No estás solx. Entre todxs, vamos a frenarlo.

CONTACTO:
Fb: Lxs Bartolinas
IG: lxsbartolinas
(Mandanos MP o DM).

ATAJO:
Dirección General de Acceso a la Justicia, dependiente del Ministerio Público Fiscal.
Tel. (011) 15 3852 4234 (Sucursal Mar del Plata)

https://www.mpf.gob.ar/atajo/

TENÉS DERECHO a denunciar el accionar arbitriario o violento de las fuerzas de seguridad, y a recibir contención psicológica y asesoramiento legal.

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