¡Vamos Los Pumas!", gritan los pibes después de empujar el camión de traslado de efectivos que los interceptó camino a la playa, los trajo hasta la sede de la Secretaría de Seguridad municipal y se quedó encajado en la arena. El humor sobrevive a pesar de la muy calurosa y soleada tarde que iban a pasar en el mar y los tiene, sin más remedio, bajo el caluroso techo del edificio elegido para las rondas de reconocimiento de imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido el sábado último en esta ciudad.