En la jornada de ayer se conoció que algunas unidades de la empresa de El Ultimo Querandi fueron atacadas por jóvenes que utilizan ese servicio. El ataca es injustificado.
Por lo menos tres unidades tuvieron que ser sacadas ser servicio ya que los destrozos hacían imposible que sigan en funcionamiento. Ventanas sacadas de cuajo; butacas rotas, techos golpeados, timbres arrancados. Situaciones increíbles, que perjudican a la empresa y al servicio. Los casos se produjeron, en su mayoría, cuando las unidades salen del boliche Pueblo Limite y trasladan a jóvenes en su gran mayoría bajo los efectos del alcohol o de otras sustancias que en grupos comienzan a romper las unidades, ante la imposibilidad de impedirlo -por el grado de violencia- . Esto trae trastornos a la firma, ya que los arreglos erogan gastos económicos y de tiempo.
Los vidrios tuvieron que ser reemplazados por chapones, al igual que los techos. Algo que no deja un buen aspecto a los colectivos, pero que es la única forma de protegerlos.
Los usuarios deben entender que si las unidades no se encuentran en optimas condiciones, no es por desidia de la empresa, al contrario, es por imprudencia y vandalismo de los mismos pasajeros. Algo que cuesta entender, en una sociedad que se cree civilizada.
De ahora en más, la policía buscará evitar este tipo de situaciones, máxime si se tiene en cuenta que todo lo roto es lanzado por los sujetos hacia la calle, lo que podria provocar un mal aun mayor.