"San Isidro, Villa Gesell, Chile y Paraguay, los movimientos del abogado prófugo para no caer preso", es el titulo de una nota publicada hoy en el diario La Nación.
Se trata de la historia de Gustavo Semorile, el abogado que estuvo 1300 días prófugo. Está acusado de integrar una asociación ilícita que, entre otros delitos, robaba cargamentos de cocaína para después revenderlos y fue detenido en Mar del Tuyú.
Su detención fue ordenada por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado la última semana de julio de 2020. Está acusado de formar parte de una asociación ilícita, integrada en su mayoría por policías bonaerenses, que robaba cargamentos de cocaína a organizaciones criminales para después reintroducirlos en el circuito clandestino de venta. El sospechoso fue apresado por la Gendarmería Nacional la semana pasada cuando estaba de “vacaciones” en Mar del Tuyú, en el Partido de la Costa. Antes, para evitar ser capturado, se movió entre su casa de la avenida del Libertador, a la altura de Beccar, en San Isidro, la ciudad balnearia de Villa Gesell, Chile y Paraguay.
Así lo pudo reconstruir LA NACION de fuentes que participaron de la investigación que terminó en el operativo de detención.
“No estuvo quieto y escondido en un solo lugar. Hasta ser detenido, Semorile se movió por San Isidro, Villa Gesell, Chile y Paraguay”, sostuvo un detective al tanto de los movimientos en la clandestinidad del abogado. Ahora, la gran incógnita de los investigadores es cómo logró estar tanto tiempo prófugo.
Semorile, de 68 años, fue indagado el jueves pasado por el juez federal Emiliano Canicoba.
Cuando le preguntaron al imputado si era titular de inmuebles o bienes muebles registrables, el abogado afirmó que tiene una casa en avenida del Libertador, a la altura de Beccar, en San Isidro, que está inscripto como bien de familia y un Toyota Corolla. Y, además, sostuvo que en estos momentos no tiene ingresos económicos por actividad laboral alguna.
Complicado
La jueza Arroyo Salgado ordenó 53 detenciones, entre policías bonaerenses, dos secretarios del entonces fiscal Scapolan, abogados, testigos truchos y narcotraficantes.
Dos de los arrestados fueron Francisco García Maañon y Matías Pedersoli, dos abogados que trabajaban en el estudio jurídico de Semorile. Declararon como imputados colaboradores, es decir, «arrepentidos».
Y ante la magistrada, apuntaron con todo hacia su exempleador. Según Pedersoli, dos narcotraficantes de la zona oeste se cansaron del juego de Semorile: «Me dijeron que era la historia de siempre: que los citaba y les decía que la Policía los estaba investigando y les pedía plata para que dejaran de perseguirlos».
De alguna manera, Semorile consiguió cruzar la frontera hasta Paraguay, donde se refugió por varias temporadas. Como no había orden de detención internacional en su contra, solo a nivel nacional, allí era intocable.
Pero, de la misma manera, en algún momento regresó a la Argentina.
En las últimas horas, la Gendarmería lo encontró en Partido de la Costa.
fuentes:
