Según surge del fallo, en horas de la tarde del 25 de enero de 2009 un sujeto adulto que vivía en las inmediaciones, ingresó sin autorización en una vivienda de Villa Gesell, lugar donde en ese momento se encontraban dos menores de edad (de 5 y 8 años de edad). El individuo aprovechándose que las niñas se encontraban solas y mediante engaños las hizo ingresar a un galpón ubicado en el fondo de esa propiedad, donde abusó sexualmente de ellas mediante tocamientos en distintas zonas del cuerpo por debajo de sus ropas y en contra de la voluntad de las mismas.

La progenitora manifestó al efectuar la denuncia, que ese día se encontraba trabajando, que las niñas estaban al cuidado de una hermana suya, habiendo recibido en esas circunstancias un llamado telefónico de su madre indicando que  “Petunia” había manoseado a sus hijas, por lo que se dirigió hacia ese lugar, precisando que a su llegada ya estaba la policía. Agregó que sus hijas le contaron el engaño del sujeto para llevarlas hasta el galpón y la forma en que las había tocado, aclarando que en ningún momento las menores manifestaron que hubieran sido penetradas por ese hombre.

La dueña de casa manifestó que se encontraba durmiendo la siesta, que se había despertado a raíz de los gritos de las niñas, que estas lloraban, y que al salir una de ellas le había dicho “... quiso sacarme la ropa”, razón por la cual había decidido llamar al 911.

La tía de las menores contó lo que estas habían relatado, que el sujeto era conocido en el barrio como “Petunia”, sobrenombre de Javier, quien les había dicho a las niñas que lo acompañaran al galpón a buscar a un lorito que se le había escapado, y que en ese lugar se había producido el manoseo.

De la pericia psicológica surge que no había en las menores indicios de fabulación, que del relato de las mismas se podía extraer que la situación que habían vivido había sido de displacer, desagrado, incomodidad, que les había movilizado sentimientos de miedo e indefensión.

El imputado negó su participación en el hecho y dio su versión de lo sucedido aquél día, pero para el Juez había sido mendaz en sus dichos, sólo había tratado de posicionarse en forma más favorable ante el delito endilgado.

El Juez luego de realizar una evaluación de los distintos testimonios, concluyó que estos eran contundentes y veraces, coincidentes en un todo en la forma y como sucedieron los hechos, los que además se complementaban con el plexo probatorio y los resultados de las pericias psicológicas.

Finalmente el Dr. Carlos Colombo resolvió condenar a Javier Alberto Ferreyra, de 31 año de edad, nacido en Maipú y domiciliado en Villa Gesell, a la pena de Un año de prisión de ejecución condicional, como autor penalmente responsable del delito de “Abuso Sexual”.

La pena se deberá acumular a la dictada en el año 2010 por el Juzgado Correccional nº 1 Departamental, que condenó a este individuo y a un sobrino por el robo de una moto en junio de 2008 en esa misma localidad.