No es por los trabajadores. No es por lo que no tienen para pagar un aumento. Es solo por su problema personal con el empresario, lo que lo llevó al intendente a vetar la ordenanza sancionada por el HCD con el fin de actualizar la tarifa. La misma, iba a pasar -para los trabajadores, aquellos que usan la SUBE- de 6 a 9 pesos. Pero no. El intendente dijo que no y vetó el aumento.
Luego, el tema se empiojó. Discusiones, amenazas con sacar la concesión y de dejar la concesión. Empezó el verano y Pereyra no pudo aumentar la tarifa, quedó estancado en 6 pesos. El barrerismo festejó. Hasta con un comunicado, firmado por Nuevo Encuentro, exaltado, daba por ganada la batalla.
Pero, Pereyra, concurrió a la justicia, con una medida cautelar. Con ella, hizo que el Juzgado Contencioso abra la feria y de lugar a la presentación. Luego de unos días, llegó la resolución: El juez aplicó la cautelar y ordenó el aumento en la tarifa. Un duro golpe para Barrera en la guerra.
Hechas las consultas pertinentes, el juez recibió la respuesta del Ministerio de Transporte de la provincia, con el porcentaje de aumento que se debería aplicar en el caso de El Querandi, quien no recibe incremento desde el 2014. Por eso, desde ayer, la tarifa no es más de 6 pesos, pero tampoco de 9, como la quiso el Concejo Deliberante, sino de 11.46.
Si volvemos al principio de la historia, si Barrera no hubiese puesto por delante sus caprichos y cuestiones personales, nada de esto hubiese pasado. Hoy los geselinos pagarian 9 pesos con la SUBE, un casi 30% menos, de lo que lo pagan hoy.