Fragmento de la nota:
«Dónde estaba la policía», se escuchaba desde la vereda del local bailable, con escalinatas copadas por los participantes del acto. «Basta de boliches en Villa Gesell», exigió otro, también a puro grito, desde un costado del palco donde se celebraría el oficio religioso.
«Que den la cara los funcionarios», se escucha fuerte y lo escucha el intendente local, Gustavo Barrera, escondido detrás de una doble línea de miembros de su gabinete y concejales afines, desapercibido para quienes reclamaban su presencia y respuestas por lo acontecido. El temor le desbordaba el rostro. Le temblaba el mentón y los ojos, rojos y en mirada perdida, se le cargaban de lágrimas que nunca rebalsaron hacia las mejillas. Se fue en silencio, siempre bien flanqueado por sus cercanos, cuando Mestre cerraba la misa con un único pedido: «Verdad y justicia por Fernando».