El expediente sobre la nueva terminal, “desapareció” hace algunos años atrás del Concejo Deliberante. Uno hecho escandaloso, que nunca tomó notoriedad pública, ni la magnitud que verdaderamente tiene; por lo que la única documentación sobre esa polémica concesión estaba “bajo siete llaves” en la municipalidad de Villa Gesell….hasta hoy.
A raíz de la detención esta semana del empresario Nestor Otero, el equipo periodístico de La Central de Noticias Villa Gesell investigó y pudo reconstruir gran parte de la historia y el vínculo del “oscuro zar de las terminales” y el municipio de Villa Gesell, durante las intendencias de Rodriguez Erneta y de Barrera.
Repaso histórico
Como mínimo oscuro e irregular ha sido todo el proceso, desde la licitación (en 2009) hasta el día de hoy.
Todo comenzó en el segundo año de gestión de Jorge Rodríguez Erneta, quien, a través de la Licitación Privada 11/09, le entregó el negocio a Néstor Otero, tal como el gobierno kichnerista lo hizo con la terminal de Mar del Plata y le mantuvo la concesión de Retiro.
El día 28 de abril de 2011, el ex intendente de nuestra ciudad y el empresario, celebraron el contrato por el cual nuestro municipio le concedía la construcción, gerenciamiento, administración y explotación comercial de la nueva terminal por el término de 30 años, de acuerdo a lo plasmado en la ordenanza municipal 2241 de fecha 10 de junio de 2009. Ese contrato, plantea un monto de términos que hoy, con el pasar de los años, se puede confirmar que han sido incumplidos. De hecho, uno de los artículos habla expresamente de la prohibición de la “transferencia del contrato”, (algo que MinutoG descubrió que se realizó el año pasado).
El empresario porteño el 6 de febrero de 2013 creo “Terminal Villa Gesell S.A” junto con un tal Lisandro Damián Lopez. Doce días después, el 18 de febrero de 2013, Otero se reunió con el, por entonces, intendente Erneta y el presidente de aquel Concejo Deliberante, Gustavo Barrera, para firmar el acta de inicio de obra. Al poco tiempo, coincidentemente con la explosión de los problemas judiciales del oscuro empresario, la obra quedó paralizada y casi abandonada durante años.
Los plazos fueron totalmente incumplidos por la empresa de Otero. El contrato (firmado en 2009) planteaba un plazo máximo de 24 meses a partir de la firma del inicio de obra (2013).Vale destacar que, a pesar que la obra es más chica que el proyecto original, al día de hoy la misma no ha sido finalizada.
El desconocido “traspaso”
Mucho más acá en el tiempo -y ya bajo la intendencia de Gustavo Barrera- el concesionario de la “nueva terminal” tomó una decisión empresarial, hasta ahora desconocida públicamente. MinutoG tuvo acceso exclusivo a un documento clave.
Puntualmente el 31 de octubre de 2017, cuando el nuevo edificio aun no estaba operativo (ni mucho menos la obra terminada), la firma “Terminal Villa Gesell S.A” rubricó un contrato de locación con “Ludili S.A”. Ese contrato, que tiene cinco páginas, fue celebrado entre Nestor Emilio Otero y Diego Ariel Otero; es decir, padre e hijo, en representación de dos firmas comerciales diferentes.
Puntualmente se trata de un traspaso de negocio. Otero padre, le concede a Otero hijo la explotación comercial de la terminal de ómnibus de Villa Gesell hasta el 2020, con la posibilidad de la extensión hasta el 2023. El precio fijado para ese especie de alquiler es de 50 mil pesos mensuales + iva.
La firma de ese contrato habilitó a que, desde el mes de noviembre de 2017, la “nueva terminal” sea manejada por una S.A que no es la que fue adjudicada por la licitación privada realizada por Rodriguez Erneta en 2009.
¿Maniobra legal o ilegal?
El contrato de concesión (que no existe copia oficial en el HCD local), rubricado entre Erneta y Otero en 2011, prevé una maniobra de esta índole. La clausula Decimoprimera, tiene como enunciado la “Transferencia del Contrato”, y expresa: “el presente contrato es intransferible, conforme art. 73 de las Clausulas Generales y 9, 22 de las Clausulas Particulares del P.B.C, no pudiendo la adjudicataria cederlo o transferirlo en forma total o parcial. Salvo expresa autorización de la autoridad de aplicación”.
¿Con aval de Barrera o a espaldas del municipio?
De la única manera que el contrato de locación (al que tuvo acceso exclusivo MinutoG) firmando entre “Terminal Villa Gesell S.A” y “Ludili S.A” tenga un manto de legalidad dentro de la concesión municipal, es contando con el aval del gobierno de Barrera, según se pude interpretar de la clausula 11 del contrato.
Si el intendente dio esa autorización o no, por estas horas no se conoce públicamente. Pero, de haber sucedido, o no, cambia sustancialmente la situación.
De no contar el correspondiente permiso municipal, el manejo de la terminal por parte de Ludili S.A sería ilegal. Ahora, de si contar con la habilitación para realizar esa maniobra dentro de la concesión, se puede interpretar que Gustavo Barrera permitió al empresario Nestor Otero que le dé el negocio a su hijo, sin tener en cuenta los incumplimientos a los compromisos asumidos por parte del “zar de las terminales”.
Un dato llamativo es que, el “traspaso” se dio el mismo día (31/10/2017) que el gobierno de Barrera comenzó a “apretar” a los comerciantes y empresas que operaban en la vieja terminal, para que se pasen al edificio de circunvalación y paseo 143 bis. Cartas documento y el “apriete” del director de Transito del municipio, obligaron a la mudanza al edificio que no estaba operativo. Finalmente, antes de la última temporada, la inconclusa terminal de Otero comenzó a funcionar.
De hecho, al día de hoy, esa obra está inconclusa. El secretario de Planeamiento Gerardo “topo” Galli, confesó en el Concejo Deliberante que en el municipio no existen los planos de obra y que a pesar de esa falta grave no se ha multado a la empresa.