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Medio Ambiente

Más del 80% de la basura de las playas bonaerenses es plástico

16-01-2019 De acuerdo al último Censo de Basura Costera este tipo de residuos representan uno de los mayores problemas en las costas argentinas
El 15 de septiembre pasado se celebró en el mundo el Día Internacional de la Limpieza de Playas y en la costa de la provincia de Buenos Aires 535 voluntarios caminaron 81 hectáreas sobre las arenas para realizar el tercer Censo de Basura Costera encabezados por las principales ONG del partido de la Costa junto a la Fundación Vida Silvestre. Los datos que obtuvieron son preocupantes: de los 46.673 residuos no orgánicos encontrados, el 82% correspondió a residuos plásticos y de ese porcentaje detectaron bolsas, colillas de cigarrillos, restos plásticos, restos de nylon, tapitas y botellas, entre otros.
 
Ese censo fue realizado sobre 813.554 metros cuadrados de playa en 16 localidades de la costa bonaerense como Bahía Blanca, Claromecó, Mar del Plata, Necochea, Punta Lara, San Clemente, Santa Teresita y Villa Gesell, entre otras.
 
"Diariamente toneladas de basura llegan a nuestros mares a través del sistema de drenaje (bocas de tormenta, pluviales), ríos, el viento y lo que arrojan las personas en los ambientes costeros", dice el informe del censo 2018 que además detalla que el mar recoge los residuos durante la marea alta y los transporta hacia sitios muy remotos llegados de "los depósitos ilegales o inadecuados de desechos domésticos e industriales, los contenedores de basura incorrectamente cerrados y el mal manejo de rellenos sanitarios".
 
Hace una década, esa problemática puso en alerta a los primeros ambientalistas bonaerenses que más tarde conformaron distintas ONG en las principales ciudades costeras. Éstas junto a otras fundaciones locales y Vida Silvestre Argentina se unieron para realizar cada año los mencionados informes que tiene el objetivo de registrar la situación en las playas, identificar qué tipo y qué cantidad de residuos afectan las costas y buscar soluciones.
 
"La basura marina es cualquier material persistente, fabricado por el hombre, sólido, que es descargado o abandonado en el medio marino y costero. De esa basura, se estima que más del 70% corresponde a plásticos", dijo Verónica García, coordinadora del Proyecto Basura Marina de la Fundación Vida Silvestre Argentina.
 
La problemática de la basura marina no es nueva: desde la década de 1970 los investigadores que alertaron sobre las serias consecuencias —entonces futuras— que tendrían para los ecosistemas el desmedido consumo de plásticos y el daño que éstos provocarían al ser convertidos en residuos.
 
Aquellos Nostradamus del ambiente acertaron y hoy se buscan métodos que frenen los impactos ambientales pronosticados mientras se busca generar el compromiso de la población y de los municipios para frenar el incremento de los residuos.
 
"Uno piensa que no puede lograr nada cambiando su forma de comprar o de consumir, pero si todos hacemos ese cambio esto va a mejorar muchísimo porque si hacemos saber que nos preocupa mucho lo que está pasando las autoridades tomarán nota de esto", aseguró García a Infobae y llamó a reflexionar: "Lo que cada uno puede hacer desde su lugar es muy importante: utilizar y reutilizar una botella sino puede evitar comprar las de plástico, llevar la bolsa al mercado… Cambiar los hábitos implica reducir el consumo y eso es muy importante".
 
La ambientalista costera contó que "la idea de realizar los censos surgió hace unos años en un taller que se hizo en San Clemente y del que participaron las principales fundaciones y ONG de la Costa con la misma inquietud que nosotros. Lo que quisimos hacer entonces fue un primer censo para ver de qué residuos estábamos hablando, cuáles teníamos en nuestras costas y decidimos hacerlo para celebrar el Día Internacional de la Limpieza de Playas, que es el tercer sábado de septiembre".
 
A esa tarea se suman cada año cientos de voluntarios que muchas veces tienen su primer acercamiento al cuidado del medio ambiente en este tipo de actividades."Buscamos también que el voluntario tome contacto directo con el residuo y lo hace cuando tiene que identificarlo y recolectarlo", confió García.
 
Consultada sobre el impacto que esa primera acción genera en el voluntariado sostuvo que siempre sorprende porque "al principio crees que la playa está limpia, pero cuando te ponés a mirar te das cuenta que en realidad está sucia".
 
En ese tono agregó: "Primero queremos saber qué tipo de basura hay en las playas, pero también queremos que las personas que participan se den cuenta de las consecuencias de nuestras conductas y de nuestras acciones; y  que vean qué es lo que consumimos".
 
Al menos hasta el momento en que se realizó el tercer censo, los balnearios del partido de la Costa no tenían cestos de basura visibles ni cerca de donde las personas suelen estar.
 
"Generalmente en las playas, al menos en Mar del Plata, no hay cestos diferenciados para residuos orgánicos e inorgánicos, pese a que está la legislación que indica que cada local balneario o los grandes generadores de residuos tiene que tener dos tachos", cuenta preocupada García, que además agrega que "no se está cumpliendo esa norma, por eso lo que se está pensando desde la municipalidad es implementar multas para que sí se lo haga".
 
El tiempo de vida de cada plástico dentro de la cadena de producción va a depender de sus propios componentes y de la utilidad que se le dé: pueden ser reciclados hasta ocho veces en tanto se realice el mismo producto y además siempre puede trasformado en otro tipo de objeto. Por ejemplo, una botella plástica puede volver a convertirse en botella reciclada hasta que como material componente ya no sirva, pero si con ella se hace otra cosa ese uso es prácticamente infinito.
 
"Ver un lugar sucio contagia y ahí se sigue tirando cosas", aseguró García al responder por qué considera que la basura es arrojada en cualquier espacio y agregó: "Es un tema que todavía tenemos que trabajar los argentinos. Debería haber, como en otros países, una condena social por parte de la gente que ve cuando se arroja la basura en cualquier lugar para que quien pretenda tirarla la próxima vez lo piense dos veces".
 
Según Jambeck y colaboradores, en diferentes estudios publicados en la revista Science durante 2015 la producción y el consumo que se realiza hace décadas provocó que entre los años 1950 y 2015 los seres humanos hayan generado 6.300 millones de toneladas de basura plástica.
 
De ese volumen, casi 5.000 millones de toneladas de plásticos aún están en el ambiente, ya sea en predios de disposición final, espacios verdes, la playa o el mar. El 90,5% de los plásticos fabricados nunca se recicló.
 
Con esta tasa de producción, de reciclado y descarte los científicos estiman que para 2050 al menos 12.000 millones de toneladas de plásticos terminarán en los basureros o en el ambiente.
 
"La solución a este problema debe abordarse desde distintos aspectos. Cuidar nuestro ambiente a través de la disminución del consumo excesivo de plásticos, aplicar una correcta disposición de los residuos e incluir acciones de reutilización y reciclado de materiales son los pasos cruciales hacia una mejora de esta problemática", profundizó García.
 
Además enfatizó: "Regular el uso de los productos descartables plásticos (sorbetes, bolsas, entre otros), sancionar una ley de envases que incluya la responsabilidad extendida al productor y promover una correcta separación de la basura en origen que permita recuperar los plásticos para que puedan formar nueva materia prima, son acciones que el Estado debe encarar para realizar cambios verdaderos".
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