Según consignó la Juez Dra. Analía Pepi en su resolución, el pasado mes de agosto en circunstancias que un chofer de un ómnibus de la Empresa Plusmar conducía por la Ruta 11, siendo alrededor de las 4 de la mañana y estando en inmediaciones de “Esquina de Crotto”, una pasajera le informó que un sujeto que viajaba en el micro la había manoseado, situación que se hizo conocer a la policía a través del servicio de emergencia del 911 de Pinamar.
Al arribar el transporte a la terminal de Villa Gesell, personal policial que lo aguardaba se entrevistó con el chofer y con la víctima, sindicando ésta en medio del nerviosismo que atravesaba al autor del hecho, quien entonces fue aprehendido y trasladado a la Dependencia policial.
Mas tarde la afectada formuló la denuncia en la Comisaría de la Mujer de esa localidad, indicando que ella había ascendido al micro en Retiro y que en la parada de Wilde había subido un masculino, quien se había sentado detrás suyo y la había comenzado a molestar durante el viaje, ya sea tocándole el pelo o apoyando sus piernas en el respaldo del asiento. Indicó la denunciante, que en varias oportunidades le había dicho que dejara de molestar pero que había continuado haciéndolo. Que en un momento, cuando ella estaba dormida, había sentido que le apoyaban manos en su panza, subiéndolas por los pechos hacia su cara, por lo que se había despertado exaltada y comenzado a gritar, despertándose los pasajeros mientras ella bajaba a la cabina del chofer para decirle lo que había sucedido. También indicó, que cuando el chofer le recriminó y le pidió al individuo que se cambiara de butaca, este había dicho que no había tenido intención de tocarla, pero “tenia una enfermedad y no podía controlarla…”.
Uno de los pasajeros dijo que ese sujeto se cambiaba permanentemente de asiento a medida que iban subiendo nuevos viajeros, que había observado como molestaba a una mujer, que esta le pedía que dejara de hacerlo pero que el individuo hacía caso omiso a ello. Manifestó haber pensado que se trataba de una pareja y que estaban peleados, hasta que en un momento la chica gritó y se levantó muy enojada se dirigió a hablar con el chofer, acercándose este unos segundos después para pedirle al muchacho que se cambiara de lugar. Precisó el testigo que el individuo en vez de continuar el viaje tranquilo había comenzado a molestar a otros pasajeros, que incluso en un momento había querido tomar las zapatillas que él se había sacado por comodidad. Y que al llegar a la terminal de Villa Gesell había asido aprehendido por policías que aguardaban el arribo del micro, mientras contenían a la pasajera.
El imputado tras ser aprehendido fue revisado por un médico, quien determinó que se encontraba ubicado en tiempo y espacio, situación que a la Juez hizo presumir que al momento del hecho delictivo “se encontraba con el completo uso de sus facultades mentales”.
Por ello la Dra. Pepi resolvió condenar a Alejandro Darío Gnavi, de 26 años de edad, con domicilio en Wilde, como autor penalmente responsable del delito de “Abuso sexual”. Imponiéndole una pena de “10 meses de prisión de ejecución condicional”, dado su primariedad delictual y el acuerdo de juicio abreviado firmado por las partes.
Asimismo deberá acreditar el inicio de tratamiento psicológico/ psiquiátrico en hospital público o CPA de la localidad donde resida, debiendo presentar constancia de ello.
